Yogyakarta tiene un ambiente pintoresco, casi de pueblo. Los fanáticos de las bicicletas sepeda onthel de la vieja escuela todavía deambulan por las calles con el sonido del kring kring anunciando su presencia. Y otro medio de transporte del pasado, el becak (rickshaw de bicicleta), te invita a subirte y hacer un recorrido por la ciudad al aire libre.