¿Por qué uno viaja?
¿Decir que estuve en ese monumento, cascada, edificio, templo? ¿O simplemente es sentarse y observar lo que sucede a tu alrededor? ¿Viajas en compañía de otros o solo? Fue la decisión de salir y encontrar algo a lo que no estás acostumbrado porque lo bonito de viajar es salir de la rutina y adentrarse en lo desconocido. Por eso, para muchos, viajar es encontrar el equilibrio interior.
Viajar es un consumo constante, un gasto en alojamiento, comida y desplazamientos. Para muchos eres un loco que no piensa en el futuro, mientras que para otros eres el que hace todo bien.
Cada uno elige su propio camino
Soy de los que busca constantemente estímulos, y la mayoría de ellos son visuales. Me pierdo en calles laberínticas y camino siempre en sentido contrario.
Intentar hacer contacto visual a veces es difícil, pero es la mejor actuación que se me ocurre cuando alguien te devuelve la sonrisa. Los ojos lo dicen todo. Muchos pueden mirar a los ojos y sonreír tímidamente, y otros pueden reír a carcajadas, mirar al suelo o a un lado. Pero capturar esa mirada en una foto es la parte gratificante, al menos para mí.
Es el cambio de una ciudad de casas de bambú con gallinas y cerdos jugando en el cántaro a una metrópolis rodeada de constante movimiento, durmiendo en lo que haya disponible por la noche, con la mística de sentirse aventurero y no saber si despertarás al lado de una rana, una lagartija o siendo comido por mosquitos.
Apreciar una ducha caliente parece una frase cursi y en dos meses nadie encuentra la panacea. Sabes que vas a elegir la ducha caliente, pero aunque sea por un rato, te hace valorar algo que parece básico en la vida de las personas.
¿Cómo se vuelve de un viaje? No es la primera vez que decido hacer un viaje por mi cuenta a un nuevo destino, pero sí es la primera vez que no sigo un itinerario.
Aunque todavía siento el cosquilleo que me hace moverme cada dos o tres días, explorar cada rincón y encontrar la mejor foto del día también es agotador, sobre todo cuando viajas con dos mochilas que suponen más de la mitad de tu peso.
El equilibrio
Encontrar el equilibrio es, como en la vida, la parte más desafiante.
Viajar solo tiene esta ventaja: puedes elegir dónde quieres estar, cuándo quieres estar, quién quieres ser y cómo quieres ser. La alegría de estar en tu propio mundo, donde puedes encontrar la independencia y la felicidad que nadie te puede dar.
Escuchar las historias de las personas y aprender cosas nuevas puede ser maravilloso, pero ¿tengo la paciencia para escucharlas cuando hablan y hacen ruidos cuando comen? ¿O cuando roncan?
Compartes con estas personas por un momento y luego cada uno sigue su camino.
Y al final, la vida es así, compartes un momento. Ese momento corto o largo, compartes mucho, compartes un poco, extrañas más, extrañas menos cuando se van.
Y vuelvo a la pregunta, ¿cómo se vuelve de un viaje? ¿Uno quiere volver a instalarse en un lugar? ¿Establecer una rutina? ¿Rodearse de las mismas personas una y otra vez? ¿O seguir viajando a nuevos lugares? ¿Ahorrar para emprender un nuevo viaje?
De un viaje no se vuelve. Uno elige a dónde volver.
Cuando regresas a tu casa, a tu familia, a tu perro, a tu gato y a tu rutina, te quedas con la nostalgia y la alegría que te regalaron esas fotos, sólo para buscar un destino futuro.
Si decides viajar y quedarte en otro lugar y empezar de nuevo, sigues adelante y buscas nuevos destinos. Nadie tiene la respuesta y cada uno elige su propio camino.
Para mí viajar es un viaje interior. Equilibro mi vida con la fotografía, eso es lo que hago.
Entro en el lugar de los hechos, sea donde sea. Es el contacto con las personas, sus expresiones y su entorno donde capto ese momento mágico y único.
No importa si la luz es perfecta o si la persona o el objeto están en una posición ideal. Si es la foto que quiero, esa es la foto que quiero. Me hace feliz.
¿Cuales son tus consejos y trucos para tomar fotografías?
No necesitas las cámaras y lentes más caras para tomar buenas fotos. Alguien sabio me dijo una vez que cuando logras la foto que quieres, esa es la foto perfectamente equilibrada.
El otro punto importante es la luz. Sin luz no hay fotografía.
Y por último, practica. Empieza a sacar fotos al azar, luego céntrate más en lo que más te guste y juega. Nunca sabes de lo que eres capaz hasta que empiezas.
¿Cuales son tus deseos para el futuro?
Nunca dejes de ser creativo.
¿Has estado alguna vez en Bali?
Estuve en Bali hace 12 años con mi familia durante dos semanas, y siempre digo que cuando tengo un billete de ida al sur de Asia, Bali será el lugar a explorar.
¿Por qué volviste a Bali?
Viajé por el sur de Asia y quería pasar mi cumpleaños en Bali. Pasé dos semanas, viajé a Europa y volví porque hay algo en Bali que no se puede explicar a menos que lo pruebes.
¿Qué te fascina de Bali?
Libertad y equilibrio. Bali es un lugar al que mucha gente llega con la idea de pasar unas vacaciones y eso hace que te quedes. La calidad de vida, y no me refiero a vivir en una lujosa villa con vistas a la playa, sino a la sencillez de olvidarte de la mayoría de los problemas y volver a tus raíces.
¿Es Bali un destino de ensueño?
Nunca te aburrirás a menos que quieras aburrirte. Bali es enorme y tiene muchos lugares para visitar, desde playas hasta cascadas y volcanes. Pero lo que más me gusta es la generosidad y la humildad de la gente que vive en la isla, regalando una sonrisa cada día aunque estén pasando apuros, mostrándote lo esencial de la vida sin tener cosas caras.
Gracias, Josefina, por la entrevista.
Experimente usted mismo la fotografía de Josefina
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